Sin duda alguna, el softbol es el
deporte más practicado en Venezuela. Desde los más jóvenes hasta los más
adultos, incluso los de la tercera edad, la pasión por este juego es
extraordinaria.
Este deporte es muy parecido al béisbol,
que lo diferencia a simple vista por el tamaño de la pelota, la dimensión del
campo de juego y por el movimiento de lanzar; además, tienen sus propias reglas
oficiales. También, se caracteriza por sus tres modalidades de lanzamiento: rápido,
modificado y lento; el modificado es el
más utilizado en Venezuela. Las competencias de máxima categoría nacionales e
internacionales solo emplean la modalidad de lanzamiento rápido. En el pasado el
softbol formaba parte del programa olímpico, sin embargo, actualmente junto al
béisbol están fuera de competencia.
En nuestro país el softbol aparece
a principios del siglo pasado, cuando un grupo de empleados extranjeros lo
practicaban en sus horas de ocio. Con el tiempo se masificó entre las personas
adultas, especialmente el masculino, pero con la entrada de este siglo esta
tendencia fue cambiando. En la actualidad muchos jóvenes de ambos sexos se han
incorporado a la práctica de este deporte, lo que ha generado un acelerado
crecimiento no solo en la participación, sino en el nivel competitivo.
El softbol de alto rendimiento ha
tenido recientemente destacadas participaciones: el Campeonato Mundial Femenino
disputado en Caracas en el año 2010 y el Campeonato Mundial Masculino,
realizado a principios de este mes en Nueva Zelanda, donde se conquistó la
medalla de plata, convirtiéndose entre los logros más importantes de la
historia del deporte venezolano.
El softbol en Venezuela es un
deporte popular, que carece del apoyo financiero y logístico que merece. Por
ejemplo, actualmente existen en todo el país Ligas de Softbol que organizan los
campeonatos con el financiamiento de los propios equipos que se inscriben para
participar. Estas ligas son, en su mayoría, independientes de los entes
superiores (Federación y Asociaciones) y los equipos que compiten a su vez se
organizan con el autofinanciamiento de sus propios peloteros, quienes pagan
inscripción, uniformes, pelotas, bates, cascos, entre otros implementos
deportivos. Aunque esto sucede mucho con
otros deportes en Venezuela, destaca que a pesar de lo costoso económicamente,
la pasión por el bate y la pelota no tiene límites y sorprendentemente
convierte al softbol en el deporte en conjunto más practicado en el país.