Lo pasado es pasado, dice una
canción y recordar es vivir, un refrán. Sin embargo, hay que vivir el presente,
y del presente muchos, a veces, no les gusta hablar bien. Hasta son capaces de
echar por la borda su imagen, a cambio de evitar lo inevitable. Irrespetuosas,
ridículas e inmaduras fueron las palabras de Marco Etcheverry contra la
Vinotinto, a pesar de desmentirlas posteriormente.
A tan solo unos días para el choque
premundialista entre Bolivia y Venezuela, el “Diablo”, como mejor es conocido,
intentó despertar a la afición boliviana el entusiasmo de apoyar a su
selección, cuando la boletería no alcanzaba 1.000 entradas vendidas de 23.000
disponibles. ¡Qué vergüenza!
Por ahí aseguran que los
colombianos, a principios de los 80, inventaron la expresión “cenicienta” para
los equipos flojos en el fútbol. Pues sí, resulta que en el pasado fuimos la
cenicienta del fútbol sudamericano, pero eso ya es pasado. Hoy vivimos nuestro
presente y además de coronar mises, hacer telenovelas, exportar peloteros y
crecer deportivamente, ahora jugamos buen fútbol, nos respetan e incluso
algunos nos temen. La selección de Bolivia está sumergida en una profunda
crisis futbolística desde hace más de 10 años. Por todo esto: ¿quién es la
actual cenicienta?
No es la primera vez que la
Vinotinto recibe descalificaciones. Los chilenos fueron más creativos durante
la Copa América 2011, con la publicidad de una telenovela. La desesperación de
algunos los llevan a declarar improperios vulgares, que en vez de destruir, más
bien sirven para motivar y acrecentar ese deseo por clasificar al Mundial.