El eterno y polémico tema
del dopaje nunca deja de ser noticia. Justamente cuando los esteroides
anabólicos están de moda, la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), no agota sus esfuerzos
en promover y monitorear la lucha contra las sustancias prohibidas en los
atletas de todo el mundo.
Los esteroides anabólicos, que se venden
legalmente sin prescripción médica en muchos países, inicialmente fueron
utilizados por los fisicoculturistas y levantadores de pesas. Muchos atletas de
otros deportes lo consumen para mejorar el rendimiento, sin conocer sus consecuencias.
También, son utilizados para aumentar la musculatura y reducir la grasa
corporal. El abuso de estas sustancias puede afectar el corazón, las vías
respiratorias y la función cerebral, entre otros males.
El problema que más preocupa en la actualidad
es que el atleta hace trampa, al utilizar nuevas drogas que muchas veces pasan
sin ser detectadas. Aquí es donde las agencias de antidopaje tienen que
trabajar horas extras, para que a través de las nuevas tecnologías de detección
y las rígidas sanciones, frenen el uso de estas sustancias.
Grandes deportistas en el pasado han
sufrido entre la fama y el escándalo. La lista la encabeza Diego Armando
Maradona, los corredores Ben Johnson y Marion Jones, Marta Domínguez, Marco
Pantani, entre muchos. El famoso ciclista, ganador de siete tours de Francia,
Lance Armstrong, fue el caso más reciente. Atletas del fútbol americano y el
beisbol de las Grandes Ligas han permanecido siempre en el ojo del huracán.
Aunque desconozcan los riesgos, muchos atletas
toman la decisión de suministrarse drogas para poder aumentar su nivel
competitivo, generando satisfacciones deportivas y económicas. Para las
agencias de control antidopajes, esto se ha convertido en una especie de cáncer
o pandemia, donde se ven involucrados diversos actores, incluso quienes
acompañan a estos atletas, conformando una red de corrupción y violación a las
reglas. Por ahora, agencias antidopaje
en todo el mundo, promueven con campañas de concientización para que los
atletas conozcan los riesgos del dopaje, sean justos, limpios y que compitan
sin trampas.